Teaching the Little Ones How to Ride

Maia Horsager (Volunteer at Zuleta) Part of my job here at Zuleta these past few weeks has been working with the Galo Plaza Lasso Foundation in the Library, which provides after-school homework help for the local children and occasional extra-curricular classes. The foundation works with two local teachers and also with volunteers who come to teach extra activities—they have had classes on cooking, handicrafts, dance, science projects and many other amazing things. When I first arrived I was trying to figure out what would be the best way for me to provide a fun learning activity for the kids, and I decided on horseback riding. I knew at least when I was their age there was nothing more exciting than being on the back of a horse—it allows you to feel independent, confident and in control of something much bigger than yourself. At with such beautiful, calm horses available right here at Zuleta I determined it was the perfect fit. The first few classes were conducted in the Library and the kids quickly got antsy. I tried making it interesting by bringing YouTube clips and instructions on How-to-Draw horses, but it was clear they were more interested in getting on the horses right away. So the next few lessons we hung out with the horses talking about herd behavior, learning how to approach the horse safely and how to discern the horses’ moods and characteristics. Finally, we were ready to start riding. Now, the hardest part about this class for me was feeling comfortable enough with the kids to have more than one ride at a time. The ring is quite small, so only two or three horses can comfortably circle with out getting in each other’s way, and with having all beginners in the class I was worried about their steering abilities (and my abilities to watch in all directions at once). So, I decided to just have one horse and rider at a time. This was difficult because with just one child on the horse at a time I had ten or fifteen waiting eagerly outside the ring constantly asking when it would be their turn. But at the end they have all been able to ride and now we can begin to have more than one at time. With a few of the youngest kids I only would lead them around while they hold on, but now we have begun to ride bareback together, me holding on to a little one while trotting around on a gentle horse. That way they can go a bit faster which gives them so much joy I know my job is being accomplished. The older children ride alone, and they learn so quickly I can hardly keep up. Again, seeing how happy they are trotting around the ring is honestly the best part of my week. The Galo Plaza Lasso Foundation is a wonderful program, and I hope visitors of Zuleta get a chance to meet the kids and teachers. There is a scholarship program that helps the children purchase their school supplies and follows their progress throughout the school year. And the summer months are filled with programs and activities for the kids to participate in so their growing brains are stimulated all year long. It is just another example of how the people of Zuleta care for the local community.

Parte de mi trabajo aquí en Zuleta ha sido con la Fundación Galo Plaza Lasso a través de la biblioteca, que apoya con las tareas escolares a los niños de la comuna y organiza además cursos extra curriculares. La Biblioteca tiene dos maestros locales permanentes y voluntarios que vienen a dar clases en temas como: teatro, cocina, manualidades, baile, ciencias y mucho más.

Cuando llegué a Zuleta, decidí que dar clases de equitación sería una forma divertida de apoyar a los niños de la comuna. Por lo menos cuando yo era niña, no había nada más emocionante que estar sobre un caballo. Te hace sentir independiente, da confianza y se adquiere la habilidad de controlar algo mucho más grande que uno mismo. Con caballos tan bonitos y mansos como los de Zuleta, era ideal!

Primero empecé con clases teóricas dentro de la biblioteca, pero los niño se aburrieron, a pesar de que traté de interesarlos con videos de YouTube y dándoles instrucciones de cómo dibujar caballos. Era evidente que lo que les interesaba era montar. Entonces, los próximos clases pasamos tiempo con los caballos, hablando sobre el comportamiento dentro de la manada, aprendiendo como acercarse a un caballo sin riesgo y como saber de sus emociones y características. Y por fin, estuvimos listos para montar.

Lo más difícil de este curso para mi era tener suficiente confianza en los niños y caballos para que más de uno pueda montar al mismo tiempo. El picadero de la hacienda no es muy grande, solo hay espacio para dos o tres caballos dando vueltas sin molestarse unos otros. Y dado que tenía todos principiantes en mi curso estaba preocupada sobre sus habilidades para montar (y mis habilidad de mirar a todos lados al mismo tiempo). Entonces, decidí tener solo un caballo y un jinete para empezar. Eso era difícil porque con solo un niño montando tenía a veces diez o quince afuera mirando, preguntando cuando les toca su turno. Pero, al fin hemos ido avanzando y ahora podemos tener más de un jinete a la misma vez.

Con los más pequeños trabajamos, conmigo guiando al caballo mientras ellos solo iban cogidos de la copa de la montura, pero empezamos a montar juntos con pelero, yo agarrando al niño mientras trotamos en un caballo manso. De esta manera pueden ir un poco más rápido y eso les da mucha emoción. Los niños más grandes montan solos y ¡aprenden tan rápido que no les puedo seguir! Ver los niños tan contentos trotando en el picadero es lo mejor de toda la semana para mi.

La Fundación Galo Plaza Lasso tiene una programa maravillosa en la Biblioteca y espero que los visitantes tengan la oportunidad de conocerles a ellos y sus maestros. Hay una programa de becas que ayuda a los niños cubrir sus necesidades escolares. Y durante el verano tienen programas y actividades para que los niños pueden participar y estimular sus cerebros todo el año. Es otro ejemplo de cómo la gente de Zuleta cuidan a su comunidad.